Las sendas diferentes

La historia comienza en Berlín, en 1995, donde Luciano trabaja desde hace 7 años durante las temporadas de verano. Su vida se mantiene en la superficie de las cosas, de los pensamientos y de los sentimientos. Sus intereses son hedonistas y limitados. La tranquilizadora y cómoda zona de confort es todo lo que su árido espíritu ambiciona. Pero, de manera totalmente inesperada y repentina, su vida, sus falsas seguridades y sus certezas vacilan a causa de ciertos encuentros con personas desconocidas, extrañas y difíciles de catalogar. Entre estas personas hay dos mujeres, muy diferentes entre sí pero ambas dotadas de un inequívoco encanto magnético, que confunden y atraen a Luciano, logrando desviarlo de su camino habitual, manteniéndolo en una dimensión insólita para él en una noche interminable, llena de expectativas, malentendidos, temores y decepciones, que culmina con un accidente que hace desvanecer su autoestima y la confianza en sí mismo.

Luciano se aleja de Berlín para huir del dolor y de la vergüenza por aquel inaceptable drama personal. Una huida irracional que pronto se transforma en un viaje extemporáneo, durante el cual conoce nuevas personas y escucha sus pensamientos, observando de cerca estilos y filosofías de vida muy alejados de esa normalidad que siempre había tomado como referencia. Estas personas, con su ejemplo y sugerencias, empujan a Luciano en un viaje en el que se alejará de lo conocido, las comodidades, la repetición y el inmovilidad, para aventurarse en un mundo nuevo donde aprenderá gradualmente a reconocer y a liberarse de su rigidez mental y emocional, para llegar a una conciencia más profunda de la vida.

El relato de un viaje que nos sugiere superar los miedos que nos limitan, impidiéndonos conectarnos con nosotros mismos, con nuestros conocimientos atávicos, nuestro instinto, la inteligencia primordial que impregna el cosmos y la vida, el niño interior, la sabiduría de los antiguos... Escuchar el ritmo de la Madre Tierra, reconocer su voz en el viento que inspira e impulsa la vida, el respeto mutuo, y el equilibrio. El viaje se convierte en expresión metafórica, arquetipo, del camino iniciático del buscador y de su recorrido hacia la conciencia. El fugitivo de la caverna de Platón que, dándose cuenta de que lo que siempre había considerado real no eran más que sombras proyectadas sobre una pared, se deja atraer por la luz exterior hacia la salida, hacia la verdadera vida, hacia su verdadero Yo. Un viaje, el de Luciano, que invita a reconocer las sombras proyectadas, secundando nuestra atracción hacia la luz.

Una historia dedicada a todas las ovejas negras, descarriadas lejos del rebaño por su curiosidad, para descubrir nuevas direcciones, recorrer senderos y crear mundos diversos. Caminos difíciles de reconocer, parecidos entre sí pero todos únicos, que ofrecen a cada uno de nosotros la posibilidad de re-conectar con nuestra parte divina, de reconocerla, aceptarla y abrazarla en ese lugar luminoso, precioso y sagrado que está encerrado en la parte más profunda, oculta e inexplorada de cada uno de nosotros.